Viajamos a Santander desde hace muchos años, y desde hace cuatro siempre vamos al don Carlos. Seguro que hay alguna cosa mejorable en las instalaciones, pero el personal es lo que nos hace decidirnos siempre por este hotel. Todo limpio, cómodo, poco a poco se va renovando el mobiliario, a cinco minutos de las playas y de los autobuses que llevan al centro. María José, Roberto y Mar, que son los que siempre nos han atendido en estos años, maravillosos. Por su amabilidad, poner siempre facilidades y hacer la estancia estupenda. Son un gran activo del Don Carlos aunque hayan cambiado de dueños. Sin duda, volveremos al Don Carlos cuando vayamos a Santander.
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